viernes, 18 de junio de 2010

Mango

Tengo un vecino divorciado y atractivo que me obsequió un mango. Lo deposité en el frutero y dejé que se madurara algunos días.

Y es que el mango maduro despide un olor delicioso que llena el espacio, como el vecino cuando viene a visitarme y deja su fragancia invadiendo mi piso.
¡Delicioso! Lo estoy saboreando.

(Pasaron unos días).

Planes de hoy: Ir al árbol de mi vecino a espiar…
¡Quiero otro mango!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Mango! ¡Que buen pretexto para el doble sentido con el vecino! ¿por qué mango vas? Celebro degustes con el olfato también :D

Coro dijo...

Jajaja, por el que se come, ¡claro!

Anónimo dijo...
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